Nos reunimos, unos cuantos amigos, para dar cuenta de un cocido madrileño añorado por Ricardo de sus tiempos en la capital de España.
Después de una "investigación" para cocinarlo o degustarlo directamente en algún establecimiento, CHUS, el del KIOSCO se "ofreció" para prepararlo el personalmente y comerlo en el Rinconin.
Rápidamente Ángel se hizo cargo del asunto, un servidor sospecha y con fundamento que él y Chus son socios en algún negocio, y sugirió el día y la hora del evento, había un problemilla con Ricardo y su viaje a la capital, pero eso también se arregló y es habiendo buena "pitanza" parece que no hay problema que no se resuelva.
Pues bien, el día señalado nos reunimos en EL KIOSCO, tomamos unos vininos y nos hicimos cargo de las viandas; lo que iba ser un cocido madrileño se convirtió en manos de cerdo, "un puñadin", unes verdurines y después el clásico cocido madrileño.
Yo creo que Chus, el hacedor, no midió bien la cantidad. Un regimiento, el del Milán siempre se exagera un poco, no hubiese quedado con hambre y eso que entre los comensales se contaba con Pepito y José Antonio cuya fama trasciende de nuestras fronteras, bueno hay que reconocer que Ricardo no lo hace mal, a "la chita callando" y poco a poco ventila lo inimaginable; su hermano Antonio tampoco lo hace mal; en fin, que había buenos estómagos en la mesa y así y todo sobro un buen montón, no se lo que haremos con las sobras, ya están preparando otra comida...¿crisis, que crisis?
Después de las manos de gochu y de la verdura tomamos un buen caldín, fuerte y pletórico de vitaminas, bueno lo que nos hacía falta y luego, más tarde los garbanzos.
La manduca estaba regada con un buen caldo, Sierra Cantabria selección que no desentonó en el evento, se cerro la reunión con unos espirituosos y a las 6 de la tarde se abandonó el Rinconín. Ricardo ya lo había hecho una hora antes por unas obligaciones ineludibles.
Se procedió a calificar el almuerzo y la nota más baja correspondió a José Antonio que la calificó con "un 6", un servidor le concedió un 8, notable alto, que fue compartido por la mayoría de los comensales, así que no estuvo mal.
A los postres, que no hubo, apareció Carlinos, con la esperanza de cantar un poco, pero los compromisos de unos y las prisas de otros impidieron el cierre magnifico a un día estupendo.
Ricardo se marchaba hoy a la capital del reino, que tenga suerte y resuelva todos sus negocios, a su vuelta organizaremos algo, de eso seguro que se encarga y con agrado Ángel.
Ah, se me olvidaba, entre los buenos estómagos se encontraba también Avelino, que al igual que Ricardo sin meter ruido, son de los que tragan todo lo que les eches y es que además "todo está bien" y la realidad es que no nos podemos quejar.
Hoy tendremos cena en el mismo sitio...¿hay alguien que de más?
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