Resultó una reunión de los más agradable aunque se echó de menos a Pepito, que por causas ajenas a su voluntad, no pudo acudir al evento.
Aparte de la charla, siempre amena, el "condimento" no estuvo nada mal. Nos beneficiamos de un cocido bastante resultón y aunque no fué "madrileño" si estuvo más que aceptable.
Incluso hubo un segundo para los valientes, casi todos pecamos, salmón o unos "filetines" que resultaron tiernos y apetitosos.
Luego postres, una excelente tarta de manzana la que a mi me tocó, que estaba excepcionalmente exquisita. Quedé gratamente sorprendido.
Los espirituosos fueron los justos, hasta el momento en que por circustancias me ausenté, y estuvieron llenos de anécdotas, claro que para eso José Antonio es también excepcional.
Uno de los obsequios a Ricardo consistió en una colección de estampas antiguas de Madrid, donde estudió su carrera y vivió y que recordó con cierta añoranza.
Un buen día que esperamos repetir. El lugar, entorno y amigos fueron estupendos.
UN abrazo amigos.
