El menú, afortunadamente poco convencional, fue variado, la entrada como siempre y a modo de pincheo, consistió, faltaría más, en chorizo, un buen montón al estilo Avelino osea pasado por el sartén y otro crudo al estilo, digamos de Ángel.
No me consta que se hayan abierto "latines" u otro "material".
Lo que si me manda Ángel en su E-mail es que el plato fuerte consistió en un bacalao fresco al horno con patatines panaderas y su comentario es un escueto "bien, estaba bueno; que eso en boca de Ángel significa: estaba estupendo y me gustó mucho.
Regada la cena con abundante vino, siempre se exagera un poco, de Sierra Cantabria que se está convirtiendo en habitual, luego los espirituosos, sin abusar, pero espirituosos al fin y al cabo, unas ginebrinas con tónica o un "dedal" de brandy al estilo Félix.
Creo que se charló y según Avelino hubo paz en el corral, seguramente por que no estaba un servidor que sigue "al pié de la letra", por primera vez, las instrucciones precisas y severas de su doctora, pero que no implica el abandono total y definitivo de las reuniones culinarias; digamos que está retrocediendo un paso para coger carrera.
Están bien estas reuniones de amigos, sobre todo uno se da cuenta cuando no puede acudir a ellas, las echas de menos, pero, ay amigos, la supervivencia en lo primero.
Seguiré aportando crónicas de los eventos de "Viviendo la buena vida" con los apuntes inestimables de Ángel, cuando vuelva, que lo haré, trataré de introducir alguna novedad, por ejemplo, discutir el menú con una semana de antelación, así todo el mundo sabrá "lo que le espera".
Adiós amigos, gracias por seguir este blogs.
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