El día 14 del presente mes Septiembre y a instancia de uno de los miembros de la peña "viviendo la buena vida" oriundo de la muy noble villa de Cangas del Narcea, se organizó una visita cultural-gastronómica.
Estuvo organizada y coordinada por Rafael Alvarez, fundador de la peña y he de decir que ha resultado extraordinariamente bien, a pesar de las criticas de otro miembro Ángel demasiado exigente (comida) sobre todo con lo que organizan los demás.
Un servidor, humilde "escribidor" de los acontecimientos hacía 25 años, al menos, que no visitaba Cangas del Narcea, por otra parte inicio de mi carrera profesional, y quedé gratamente sorprendido por el avance sostenido del pueblo
observé también que la mayoría de sus moradores padecen hipoacusia pronunciada, será por "la descarga" fiesta típica e internacionalmente conocida.
Rafa lo preparó bien. Nos vimos en Corias donde ya estaban esperándonos para darnos instrucciones de acceso y punto de reunión en Cangas, una vez recibidas, nos llegamos a Cangas y nos tomamos un aperitivo de encuentro. Vino y cerveza.
Camino a los coches paramos en un "barín" muy acogedor, "la bodeguina" debería llamarse, todo vino de la zona. Muy frío, mal empezamos.
Pero una vez con Antonio, jefe y dueño de la bodega ANTÓN CHICOTE, en Limés, productora de los vinos PENDERUYOS, elaborados con variedades autóctonas de verdejo tinto, carrasquín, albarín tinto y mecía que lo dotan de un puntín de acidez que dejan en boca un sabor agradable y ¡claro! deseo de repetir la "jugada", todo cambió.
Punto de concentración el hotel de la bodega, claro, pequeño y coqueto situado a escasos 1.000 metros de la propia bodega.
Antes de seguir debo decir que el día nos acompaño en tan venerable concentración. Sol y calor que hacían que el frescor de la bodega, lugar del ágape, fuese aun más agradable.
14, 14 fuimos los comensales afortunados, que después de "dar una vuelta por Cangas" para abrir el apetito nos concentramos para saciarlo.
Ya he dicho antes que Cangas me ha sorprendido, ha crecido conservando la hidalguía e sus escudos en las casas y la nobleza en sus vecinos. Buena gente.
Y como no podía ser de otra manera "la pitanza" consistió en entremeses, empanada deliciosa, soy enemigo de ella pero me resultó excelente, jamón, cecina y lomo.
De "plato" pote de verzas. ¡Ay amigos, mucho pote!, aunque a Ángel y a un servidor les pareció un poco "flojillo", por aquello de la fabada asturiana. Estaba hecho el pote con delicadeza, por una parte la morcilla, el chorizo y el lacón con el tocino, por cierto, lo mejor a un servidor el tocino, y por otra las verzas cocidas, no es de extrañar pues que el plato fuese aconsejable para los estómagos más delicados.
Luego, para los más glotones, queso, pero queso, queso, nada de pamplinas.
Espirituosos a base de orujos y algún que otro coñac.
Mirar, fue para este escribiente un día formidable en una compañía inigualable. De diez amigos mios y si algo faltó, que no fue así, quedo ampliamente superado por la compañía y camaradería de los comensales, así que desde aquí mi felicitación a Rafael y el reto de que el "criticón" de Ángel prepare algo parecido.
Un abrazo amigos.
A estancias de Angel corresponde matizar a este "plumilla" que las criticas se refieren al buen hacer en las comidas; es decir, al "buen arte de cocinar". Angel siempre tiene un pero, los buenos paladares captan mejor el arte del guiso, y un servidor esta esperando acudir a una comida "de diez", organizada por el citado miembro de la peña.
Asi que ya lo saben amigos, pelillos a la mar.
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