Se ha celebrado en el Rinconin una de sus más clásicas reuniones.
Ángel ha traído, como siempre, desde la galicia natal de su esposa, unos magnificos berberechos, que "graciosamente" puso a nuestra disposición y que naturalmente hemos dado cumplido destino a plena satisfacción.
Fuimos pocos los comensales, un servidor diría los escogidos, y hemos pasado, como siempre un buen rato.
Se han preparado los berberechos de tres maneras diferentes: al vapor, con "su" salsa y naturalmente con un arrocín para llenar el buche y ...ha salido bien, por una vez no ha habido quejas e incluso Gabriel a calificado a los de "su" salsa de muy buenos o extraordinarios, claro está que el apetito algunas veces nubla la vista, en este caso..el gusto.
Fuera lo que fuera salió todo muy bien; previamente se preparo, puede verse a Ángel en faena, unos aperitivos a base de paletilla ibérica, queso de cabra y otras viandas que facilitaron con gusto los platos de berberechos.
Además por una vez no se recordó a Zapatero y su banda.
El caldo fue, como no, Sierra Cantabria, espeso, tinto, con gran boca y gustos del bosque, con un retrosabor pleno y agradable. Muy bueno.
Y ¿los espirituosos?..Descubrimos un "wisquicín" Glenbrodher y naturalmente no supimos, tampoco debíamos, reprimir probarlo y os aseguro que estaba realmente bien. Fue incluso terapéutico, facilitó la digestión y nos dejo como nuevos.
Lo dicho Ángel gracias por los berberechos y ¡ánimo! algún viaje más a Galicia. Por cierto el centollo estaba exquisito.
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